

¡Oh, mi Dios! Veo una fuente, una inmensa fuente a la que van ángeles y santos y derraman cantaros y ánforas, grandes y pequeñas, y no se detienen...
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Oh bienaventurada y dulcísima Virgen María, Madre de Dios, llena de misericordia, hija del Rey supremo, Madre de todos los creyentes. (ver artículo)
En 1985 hubo una mezcla de dos mundos, nuestro mundo y el mundo místico, y algo increíble, consiguió que la gente rezara en masa. (ver artículo)