Poemas a la Virgen María

LA VIRGEN AL MEDIODÍA

No tengo nada que ofrecerte,
nada que solicitarte…
Vengo solamente, oh María,
para contemplarte…,
contemplar tu rostro,
dejar al corazón que cante
en tu propio lenguaje…

Porque tú eres hermosa,
porque eres inmaculada,
la mujer de la Gracia
finalmente restaurada,
la criatura en su primigenio honor
y en su florecimiento definitivo,
tal como salió de Dios
en la mañana de su original esplendor.

Inefablemente intacta
porque tú eres la Madre de Jesucristo,
que es la verdad entre tus brazos,
y la única esperanza y el único fruto.

Porque tú eres la mujer, el Edén
de la antigua ternura olvidada…
¡Que toda la creación te cante agradecida,
Madre de Jesucristo,
simplemente porque existes.

*****
Paul Claudel

EL NOMBRE DE MARÍA

María mes de mayo (ft img)He oído en la montaña,
cuando levanta el cielo,
la voz del arroyuelo,
su plácido rumor.
He oído en la espesura,
la cántiga del ave,
cuando con voz suave
bendice a su Creador.

Mas eso es menos dulce
que el eco de tu nombre,
cuando te invoca el hombre
con la voz del corazón.
Tu nombre es dulce, María;
tu nombre es armonía,
tu nombre es bendición.

He oído los susurros
del agua entre las flores,
que canta tus amores
con quejumbrosa voz.
He oído el eco vago
que eleva en la montaña
la mística campana,
vocero de su Dios.

Pero eso es menos dulce
que el nombre que dio el cielo,
a Aquella que es consuelo
del hombre en su dolor.
Tu nombre es más dulce,
bellísima María;
tu nombre es alegría
del pobre pecador.

*****
Enrique Álvarez Bonilla

BENDICIÓN DE ALBORADA

Me lo contó -siendo niño-,
en una hermosa mañana,
un anciano venerable,
protegido en la solana:

No hay documento escrito,
es una leyenda urbana:
-me dice con voz precisa,
en tertulia sosegada-.

Una mujer muy hermosa,
con perfil de soberana
asiste a la fuente limpia
en las horas de alborada.
Nadie conoce su nombre
-me advierte fiel; y recalca-:
mas todos los que madrugan
y buscan el agua clara
ven a la excelsa señora
como un susurro en el alma.

Figura firme y sencilla,
vestida con elegancia;
“mujer fuerte” de la tierra,
digna de toda alabanza.

Más de uno -con reservas-,
de los vecinos de Hontangas,
se acerca todos los días
por satisfacer su ansia…
de ver con sus propios ojos
a escena tan comentada.
Las preguntas son constantes,
cuando suena la campana
y se suman a la fiesta
debajo de la espadaña.
¿Quién conoce por su nombre
a esta mujer que -sin falta-,
se aparece a los creyentes
en horas de madrugada?
Algunos más fervorosos
piensan sin rubor y exclaman:
es la Virgen de la Cueva
que siente amor y nostalgia
del encuentro con la gente
por su belleza de alma.

El que quiera comprobarlo
y alimentar la esperanza
venga a la fuente del pueblo
con inquietudes marianas;
y verá cómo la imagen,
abastecida de agua,
se regocija en la ermita
donde reposa con gracia.
*****
Así lo contó mi padre
en un paseo con calma,
cuando el cuerpo se recrea
y el espíritu se ensancha.
Trascendía la leyenda,
con cariñosa palabra,
añadiendo que la Virgen
bendecía la plegaria
de aquellos que la visitan,
al salir en la mañana,
con afanes de progreso
y reverencia sagrada.

*****

MARÍA NACIÓ EN SILENCIO

María Madre de Dios (ft img)María nació en silencio
en horas de madrugada,
cuando los gallos anuncian
albores en la besana,
en un hogar nazareno
donde viven en alianza
dos ancianos venerables
de nombres Joaquín y Ana.

Personas de vida intensa,
abiertas a la esperanza,
recibieron su sonrisa
con gozo inmenso en el alma
y adoptaron la ternura
como fórmula adecuada
para ‘envolver’ a María
en protección y crianza.

Creció la niña María
de virtudes adornada,
como si fuera una estrella
de luz y suave fragancia:
cuerpo de gran hermosura,
claridad en la mirada,
sencilla cual violeta,
ardiente e inmaculada;
imagen pura de Dios
en belleza y semejanza.

María aplaude la vida
con juventud esmeralda;
se reviste de primores,
ensueña, camina y canta
y expande sus privilegios
entre amigas en la plaza,
como arrullo de paloma
protegida en la enramada.

El saludo de Gabriel
por sorpresa y sin palmas
desvela todo el misterio:
“María, llena de gracia,
el Señor está contigo”.
La salutación reclama
su seno como un jardín
donde plantar la Palabra
y se convierte de pronto
en Virgen de la Esperanza.

Al percibir la presencia
-fulgente como una llama-
del Espíritu de Dios
asentado en sus entrañas,
pronuncia humilde “así sea”,
sumergida en la plegaria,
ensancha su corazón
y prorrumpe en alabanzas.

***
¡Enhorabuena, María!,
por tu grandeza de alma,
porque recreas auroras
con silencio de palabras
y cultivas emociones
al son de cítara y arpa.

*****
Serafín de la Hoz Veros.

MARÍA: SILENCIO DE CLAUSURA

Virgen María 8 (ft img)María es paz y armonía en su figura
que enaltece por sí misma a la mujer;
es preludio de un intenso amanecer,
deslumbre en luz de gracia y hermosura.

María, alborada firme de ternura.
Con ser Dios soberano, nos hace ver
cuán importante y bello es obedecer
en silencio evanescente de clausura.

Dios, que encendió el espíritu de María
en virtud de privilegios de primera,
despojarla de su encanto no podía.

¿Cómo premiar a la Madre con la palma?
Cual la llama y la fragancia en primavera,
asunta fue al cielo María en cuerpo y alma.

*****
Serafín de la Hoz Veros.

BRILLO DE BLANCA LIRA
Santa María de la Vid

De blanca lira, Madre, y gran pureza
es tu alma, en clave de ternura.
Regazo de indigentes sin ventura
que buscan al autor de tal belleza.

En ti remanso, Madre, mi cabeza
y alivio en tu mirada la amargura
de los hombres y aquella singladura
que les tiene sumidos en tristeza.

Quietud y calma, Madre, ya respiro
en arca monacal de brillo intenso.
Un fino sentimiento de acampada

se difunde por mi ser. Yo suspiro
y agrego mi fervor al universo
para cantarte ¡bienaventurada!

*****
Serafín de la Hoz Veros.

EL ANUNCIO DEL ÁNGEL

El saludo de Gabriel,
ángel de Dios, a María
abre esperanzas al hombre
en misteriosa misiva:
– En tu seno virginal
con despliegue de sonrisas,
un Niño te ha de nacer
en gracia de aurora y brisa,
como fragancia de flores
y fruto de una caricia.

Virgen María (ft img) 6– “En disposición humilde / mi alma te glorifica,
Dios sublime de Israel / -cantó con fervor María-;
aunque no entiendo el misterio / acepto su melodía.
Cúmplase tu voluntad / y no se haga la mía”.

– ¡No temáis!, buena Señora,
al que con tierna porfía
desea ocupar tu cuerpo
con generosa semilla.
El Hijo que ha de nacer
en graciosa teofanía,
será grande en esta tierra
aunque le cueste fatigas.
La Criatura ha de ser
antorcha de luz y guía
para gloria de Dios Padre
en prodigiosa armonía.
Será excelsa la misión
en su forma y sinfonía,
pues no en vano representa
al esperado Mesías.

La bondad de sus palabras
con destellos de alegría,
sus gestos de compasión,
su mirada clara y limpia,
su fortaleza de alma
y meditada empatía
con los enfermos y niños
en contacto con la vida,
serán su mejor aval
en ‘el campo de la espiga’,
para recrear al hombre
de su primera caída.

Así se expresó el Arcángel
en la casa de María
cuando del cielo bajó
para anunciar La Noticia.
Y en prodigioso contento
de escena sin bambalinas
san Gabriel se retiró
de la tierra a la otra orilla.
María quedó en silencio,
por gracia fortalecida.

*****
Serafín de la Hoz

PINTOR DE SUEÑOS

Asunción de la Virgen MaríaHubo una vez, no sé dónde, un pintor
de sueños que pintaba, no sé cómo,
los trazos indecibles del misterio.
Le dijo al viento: “Dame tu susurro,
tu música silvestre y rumorosa”.
Pintó invisible -un deje leve apenas-,
pero sonora el alma de MARÍA.

Le dijo al bosque, al arroyo, a los pájaros,
al mar en calma, al valle, a las praderas,
al amanecer…: “Dadme ese paisaje”.
Pintó, fulgente, el rostro de MARÍA.
Le dijo al cielo: “Dame tus lumbreras;
tu luz, tu sol, tu luna, tus estrellas…”.
Pintó, tersos, los ojos de MARÍA.

Le dijo al niño: “Dame tu alborozo,
tu primera inocencia y el candor
de tus muecas, la flor de tus miradas…”.
Y pintó la sonrisa de MARÍA.
Dijo a la madre: “Dame tu ternura,
tu amor y tu desvelo hecho costumbre:
dame, mujer, tu anhelo, tu embeleso”.
Y pintó un corazón sin más fronteras
que el sollozo, el dolor y la esperanza.

Dijo a Dios: “Dame de ti lo mejor”.
Hubo un silencio de ojos infinitos.
Hubo ángeles. Hubo primavera
en la historia del hombre con Dios.
Floreció la Palabra en la ribera de María…
De su hijo engalanada
nos la pintó el pintor de nuestros sueños.

*****
Miguel Rubio