Santos que dieron la vida perseguidos por su fe. ¿Los conoces?

Sus vidas nos ayudan a comprender diariamente la necesidad de la oración, para acrecentar la fe por medio del diálogo con el Creador, pero también a permanecer fieles y firmes aun cuando la corriente arrecia.

Maximiliano Kolbe

San Maximiliano Kolbe, fue un sacerdote franciscano, voluntariamente dio su vida en Auschwitz a cambio de la vida de otro prisionero que iba a ser ejecutado. En su vida luchó por la difusión de la devoción al Corazón Inmaculado de María.

Entendía claramente que el corazón de María era un camino seguro y directo hacia el mismo Cristo. Era un hijo devoto y fuerte. Llevaba la alegría de sentirse seguro en el amor de su Padre y Nuestra Santa Madre.

Su ejemplo de donación absoluta por otro, se asemeja a Cristo. Su muerte en santidad es un llamado para que diariamente seamos capaces de darlo todo por y en el amor.

Edith Stein

Santa Teresa Benedicta De la Cruz (Edith Stein), como cristiana fue incitada a renegar contra la fe, pero como dice el Papa Juan Pablo II, «una hija de Israel, que durante la persecución de los nazis ha permanecido, como católica, unida con fe y amor al Señor Crucificado, Jesucristo, y, como judía, a su pueblo».

Como Maximiliano Kolbe, ella parte a la casa del Padre como fruto de las cámaras de gas en Auschwitz. Su testimonio nos invita a permanecer firmes en la fe, fieles a la verdad, aún cuando la tentación de claudicar es enorme, aun frente a la persecución. Esto es vivir en unión con la Cruz de Cristo.

Cardenal Van Thuan

El cardenal Van Thuan, fue un vietnamita lleno de fe, una persona de oración que confiando en el llamado y la misión que le fue encomendada, fue capaz de sobrellevar, con el más alto testimonio, alrededor de 13 años de prisión y tortura, como persecución a la fe, la Iglesia y sus ministros. Nos enseña con su vida, la importancia de la oración para permanecer firmes en el testimonio y vocación, comprendiendo la magnitud de la entrega diaria en el amor.

P. José Kowalski

Este sacerdote beato también estuvo presente en Auswitchz, allí fue instado a pisotear el rosario y renegar de su fe. Este hombre polaco perteneció a una familia seriamente católica, donde recibió el bautismo el día de San José. Él nos enseña que a ser hoy como san José, hombres de fe y entrega que en el silencio prudente de la oración, sepamos dar testimonio de adhesión a Cristo en absoluta libertad.

Sierva de Dios Stanislawa Leszczynska

Mujer polaca, madre de dos hijos varones y una hija. Cuando Alemania tomó a Polonia, ella y su hija, fueron separadas de los varones y llevadas al campo Nazi, Auschwitz, allí fue conocida como «Mutti» que significa Madre.

Ella ayudó a nacer y cuidar a más de 3000 bebés en el campo de concentración. Era sabido que toda mujer que estuviera en embarazo era asesinada para que no generara retrasos en las labores del campo, los bebés eran considerados cargas «inútiles». Una mujer ferviente defensora de la vida.

Mutti, improvisa una sala de maternidad dentro de las barracas, donde luego del nacimiento, bautizaba con la señal de la cruz a los infantes, asegurando así su nacimiento a la vida de fe. Esta sierva de Dios nos enseña a hacer siempre el bien y sembrar esperanza, aun cuando todo el panorama es desesperanzador.

Sierva de Dios María Cecilia Autsch

Esta religiosa alemana fue bautizada como Ángela del Sagrado Corazón, ingreso al postulantado el mismo año en que Hitler tomó el poder.

Fue detenida por la policía Nazi, Getsapo y llevada a Ravensbrück, luego a Auschwitz, por haber comentado en el mercado que «Hitler es un azote para Europa».

Allí se le encargó del dispensario médico donde buscó la manera de ayudar a las mujeres enfermas dándoles raciones de comida y elementos de aseo.

Murió protegiendo a los enfermos durante un bombardeo al campo, María nos enseña a cultivar el don de la entrega abnegada, la donación de sí mismo, para convertir las tinieblas más oscuras, en momentos de luz caritativa.

San Pedro Nolasco

Español que quedó huérfano de padre a los 15 años. Se dedica junto con su madre a repartir bienes entre los pobres. Ante la situación de los cristianos esclavizados por los musulmanes, decidió dedicar su fortuna a la liberación de estos presos y esclavos.

Alcanzó a liberar alrededor de 300 cautivos. Funda la orden de la Merced para continuar con esta labor, esto le acarreo persecuciones y aunque no estuvo recluido, su labor siempre estuvo en contacto con esta realidad.

Su ejemplo nos invita a reconocer en todos los hombres, sin importar su condición, la imagen de Cristo que sufre y a quien estamos llamados a auxiliar.

Cristianos perseguidos en oriente

Los fieles cristianos que desde tiempos antiguos han sido foco de persecución, torturas, amenazas y martirio, Cristo ya nos había anunciado este destino. Ellos, mártires de nuestros tiempos, mantienen la fe, como lámparas encendidas en las más hondas oscuridades.

Ellos nos enseñan no solo sobre fidelidad, sino también la importancia de la oración, una oración de intercesión. Con sus vidas siembran la fe en los hombres de nuestros tiempos, demostrando hasta qué punto debe llegar el amor que predicamos y anunciamos. No solo se anuncia con palabras, sino con la vida.

Que, a imagen de estos hombres de fe, seamos capaces de superar las dificultades de los tiempos rompiendo las fronteras del mal con la revolución de la caridad evangélica.

Que podamos llevar la Buena Nueva con nuestras acciones y palabras a todos los rincones del mundo, aun a los más inhóspitos. No olvidemos que aún en la noche oscura, si sobre una roca oscura hay una hormiga negra, Dios la ve y la ama.

Santos mártires, rueguen por nosotros.

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Fuente: Catholic-net