

Señor te pedimos que estemos siempre dispuestos a vivir en el amor como vos nos enseñaste, dando tu vida por todos, entregando tu tiempo, tus esfuerzos y tus anhelos para transmitir el mensaje de Dios. (ver artículo)
Dios nos llama desde ese lugar solitario, rincón distante, pero cercano, puerta entreabierta que deja filtrar la Luz de Su Presencia. Y llenos del asombro del amor recién reconocido, empezamos a buscar. (ver artículo)
La hermana Mary Joan Njeri, de las hermanitas de San Francisco, obstetra y ginecóloga, trabaja duro en un hospital público de Nairobi (Kenia). (ver artículo)
Sangre y agua del abismo/ de un corazón en tormento:/ un Jordán de sacramento/ nos baña con el bautismo.
El Padre nos da la vida,/ el Espíritu el amor,/ y Jesucristo, el Señor,/ nos da la gracia perdida. (ver artículo)
«Recuerdo que una vez te pedí salud para mi madre y Tú me escuchaste, Señor» —Luis.
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Vida de Santa Rosa
Rosa de Lima, la primera santa americana canonizada, nació de ascendencia española en la capital del Perú en 1586. Sus humildes padres son Gaspar de Flores y María de Oliva.
Aunque la niña fue bautizada con el nombre de Isabel, (ver artículo)