Nuestra Madre es el refugio en el que debemos encontrar el consuelo, el amor, la paz. Si ella está con nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede faltar?
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Cuando vemos el gesto de un hijo o una hija que nos sorprende con un signo de madurez, no podemos dejar de emocionarnos hasta las lágrimas mientras nuestro corazón exclama en un grito ¡ese es mi hijo! (ver artículo)