El Señor nos presenta "La segunda mejor opción". Él nos propone una opción que sin ser la original en Su Plan, es también útil a Su propósito.
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La formula es entonces simple, es una sociedad perfecta: la parte humana se esfuerza, y abre las puertas a la Gracia que Dios derrama abundantemente sobre el alma que trabaja. (ver artículo)
Mi misión, entonces, es la de desarrollar una tarea particular dentro de ese Cuerpo, para que Dios vea en mi una realización cabal y efectiva del propósito para el que fui creado. (ver artículo)
El Mal se concentra en aquellos puntos desde donde puede influir más en otros: en gobernantes, padres de familia, lideres de empresa, en todo aquel que sea guía de almas (ver artículo)