Ámame Señor aunque te niegue, más de tres veces mientras asoma el alba, ámame porque siento que en esta noche, he encontrado el camino a casa.(ver artículo)
Ámame Señor aunque te niegue, más de tres veces mientras asoma el alba, ámame porque siento que en esta noche, he encontrado el camino a casa.
Dios, en Su infinito amor, nos regala momentos parecidos a lo que ocurrió en el Monte Tabor. No nos quedemos allí, bajemos y vayamos al mundo a dar testimonio de Su amor. (ver artículo)
Jesús nos dejó los Evangelios como sostén de nuestra fe, Su Palabra, la Revelación Pública que nos dice todo lo que necesitamos.
Para navegar en este mundo, necesitamos adaptarnos a las cambiantes condiciones que este mundo-mar tumultuoso nos propone cada día. Una vela, una brújula y un ancla serán imprescindibles... (ver artículo)
¡Oh, mi Dios! Veo una fuente, una inmensa fuente a la que van ángeles y santos y derraman cantaros y ánforas, grandes y pequeñas, y no se detienen...
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El Mal se concentra en aquellos puntos desde donde puede influir más en otros: en gobernantes, padres de familia, lideres de empresa, en todo aquel que sea guía de almas (ver artículo)
Muchos caminan por estas calles sin Dios. Lo dejan a un lado y siguen su camino golpeados... ¡Alguien les debe llevar consuelo y esperanza! ¿Qué es lo que vamos a hacer? (ver artículo)
He pensado que el poder olvidar es también un Don de Dios, es el equivalente a la cicatrización de las heridas, pero en el corazón...
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En el punto de unión de los Dos Maderos, en la Cruz, Jesús amó hasta el infinito. Dejó todo allí por nosotros. Su Padre lo envió para que nos salve, conociendo de antemano el precio de nuestra salvación (ver artículo)
Dios nos invita permanentemente a entregar más, a ser más, a poder más. Nos invita a acortar la brecha entre la potencia y el acto, según la voluntad de Dios.
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