Algunas de nuestras devociones y oraciones predilectas. No pretendemos aquí recoger todo el devocionario de la Iglesia porque eso es una tarea demasiado grande para nosotros, pero si aquellas que mas llegan a nuestro corazón. La oración y la contemplación abren el Corazón Misericordioso de Dios
En el mes de mayo, le ofrecemos una rosa a la Virgen María cada día del mes, en forma de oración. ¡Oh, María, Madre Nuestra, protégenos y líbranos de todo mal! (ver artículo)
A las tres de la tarde en punto, implora Mi misericordia, especialmente por los pecadores; y por un breve momento, sumérgete en Mi pasión. (ver artículo)
El Papa Francisco quiere potenciar la evangelización a través de los muchos e importantes santuarios que hay por todo el mundo y así explotar su potencial para la nueva evangelización. Y lo ha hecho a través de una Carta Apostólica con forma de (ver artículo)
Tú que eres la esperanza de los desesperados, la confianza del agobiado por los problemas, haznos sentir la fuerza de vuestra poderosísima mediación... (ver artículo)
En el día de la mujer, el 8 de marzo, durante los actos realizados para celebrar dicho día, se produjeron, en la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Tucumán, los actos más desagradables que podríamos imaginar. Con gesto de burla y ofensa, se (ver artículo)
Oración
María Puerta del Cielo
Madre mía
Puerta del Cielo
Paso perfecto que nos conduce a Jesús
Sendero luminoso que protege mi caminar
Déjame acercarme a ti con paso confiado
Ilumínate para que pueda verte en lo oscuro
Déjame extender (ver artículo)
Nosotros nos alegramos en ti, tú eres nuestra defensa ante Dios. Extiende tu mano invencible y aplasta a nuestros enemigos. Manda a tus siervos el socorro del Cielo. (ver artículo)
Nos encontraremos anhelando y pidiendo lo mejor en nuestras vidas a Dios, aún sin recibir lo pedido. Aguardamos valientemente la voluntad de Dios. (ver artículo)
La vida es un abrir y cerrar de ojos comparada con la eternidad. La eternidad no tiene descanso, es para siempre. Que esta verdad nos ayude a prepararnos para el bien morir. (ver artículo)