Oh María, oh dulcísima, oh dueña mía!. Vengo a entregarte lo poco que poseo yo, pues sólo tuyo soy para que lo pongas en oblación ante el Trono de nuestro Señor.
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Jesús, mi Buen Pastor, enséñame a rezarte como una buena oveja de Tu rebaño, para que Tu seas mi guía y mi consejo — 4º Domingo de Pascua, día del Buen Pastor. (ver artículo)