¡Felices las almas devotas del Espíritu Santo! Empiezan ya su cielo sobre la tierra, haciéndose acreedoras a gracias escogidas y recibiendo fuerzas especiales.
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Las órdenes y congregaciones religiosas son un verdadero pulmón y un manantial para la Iglesia y la vida evangélica en tiempos de crisis. (ver artículo)
A los 7 años, levantó sus ojos y vió sobre la torre de la Iglesia de Santo Domingo, un trono resplandeciente en el cual estaba nuestro Señor, y a sus lados los apóstoles San Pedro, San Pablo y San Juan. (ver artículo)