Orar no es sólo un espacio de nuestra vida diaria para dialogar con Dios... Orar tiene un sentido más amplio aún: Dios espera que tengamos conciencia práctica de Su Presencia durante todo nuestro día... (ver artículo)
Esta esfera azulada que se llama Tierra, y que aún sigue girando, ya recibió la visita de la Palabra Creadora, del Verbo de Dios... y nos dejó Su Presencia en la forma de Pan y Vino (ver artículo)
El Señor nos envía mensajero tras mensajero, y nosotros, hacemos en gran medida oídos sordos, pero aún estamos a tiempo de cambiar. ¡Escuchemos su mensaje! (ver artículo)
El purgatorio es el lugar donde se purifican nuestras impurezas, aquellas manchas que no permiten que nuestra alma se presente ante Dios. Oremos por las Benditas Almas del purgatorio. (ver artículo)
Nuestra Madre es el refugio en el que debemos encontrar el consuelo, el amor, la paz. Si ella está con nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede faltar? (ver artículo)
La Eucaristía es el centro de nuestra vida, donde Cristo se hace uno con todos nosotros, y no podemos perder la oportunidad de dejar que Él nos transforme... (ver artículo)
La resurrección del alma es encontrar el amor de Dios, y es EL el que hace arrancar nuestros motores para poder volar majestuosos, entregados a Su Potencia Salvadora, hacia el Reino de Cristo. (ver artículo)
El testimonio es directo y conmovedor que deja pensando en aquellos que decidieron y ejecutaron. Produce terror el meditar a qué extremos puede llegar el ser humano en su maldad. Pero aún queda esperanza. (ver artículo)
Gloria a Él que sabe hacerse pequeño, como signo de Su Misericordia, de Su infinito Amor. Gloria al Pan Vivo, signo y centro de la Gloriosa Iglesia de Cristo, Su Cuerpo. (ver artículo)
Cuando algo es la Voluntad de Dios, progresa no sin esfuerzo o trabajo, pero si de forma franca y clara, como circulando por un camino despejado. (ver artículo)