San Joaquín y santa Ana, padres de la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, cuyos nombres se conservaron gracias a la tradición de los cristianos. (ver artículo)
Una impactante historia, basada en hechos de la vida real, que hará que veas cómo la oración de un padre logra lo que nadie puede creer. (ver artículo)
María tiene en esta manifestación una identificación clara con la orden de los Carmelitas y con San Simón Stock del Monte Carmelo, a quien la Virgen le entregó el escapulario. (ver artículo)
Por estas siete excelencias, pedir a la Santísima Virgen santidad en el alma y pureza en el cuerpo, buena muerte y verse libre del Purgatorio. (ver artículo)
¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, del inefable poder que vuestro Hijo divino os ha dado sobre su Corazón adorable. Llenos de confianza acudimos a implorar vuestra protección! (ver artículo)
Quiero consagrarme a ti con todo el fervor de mi espíritu. Sobre el ara del altar en que te inmolas por mi amor, deposito todo mi ser y mi alma. (ver artículo)
A su primera misa asistieron doce pobres que comieron a su mesa. El padre Juan de Ávila repartió sus bienes a los pobres y se entregó a la oración y a la enseñanza del catecismo. (ver artículo)
Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios. (ver artículo)