Si la Pintura de un niño nos conmueve, aunque, ¿por qué a Él no lo conmovería el mejor esfuerzo de una hija que solo quiere amarlo más?(ver artículo)
Si la Pintura de un niño nos conmueve, aunque, ¿por qué a Él no lo conmovería el mejor esfuerzo de una hija que solo quiere amarlo más?
Señor, sé que el precipicio está siempre demasiado cerca de mí. No permitas que escuche las voces que me sugieren hacer de Ti algo más; sabiendo que en ti está la salvación. (ver artículo)
¡Oh, Dios, temo que este hijo mío se unirá un día a la religión católica, la religión de los Papas!
¡Qué hermosa es mi Madre!. Nunca podrá existir otra como Ella, tan hermosa y delicada, pero tan fuerte también... Ella no deja de pensar en mi...
Lo sé, Jesús. Tantas veces me buscaste, me quisiste hablar de nosotros, de esos momentos en que éramos amigos, entrañables amigos.
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«Recuerdo que una vez te pedí salud para mi madre y Tú me escuchaste, Señor» —Luis.
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El niño quiso ir a las 3:00 a.m., para la Adoración Eucarística. Su madre se extrañó, pero él dijo: “Quiero que papá deje de tomar, deje de pegarte y dejemos de ser pobres” (ver artículo)