Si podemos unirnos en el diálogo sincero con Dios, podremos unirnos también en muchas otras cosas. La verdadera oración nos debe anonadar frente a la sublime y omnipotente Presencia de Dios (ver artículo)
Nuestro espíritu se fortalece porque sabe que ya viene la época linda, del brote verde y tierno de la obra nueva, de la satisfacción infinita, que a nada se puede comparar. (ver artículo)
Orar no es sólo un espacio de nuestra vida diaria para dialogar con Dios... Orar tiene un sentido más amplio aún: Dios espera que tengamos conciencia práctica de Su Presencia durante todo nuestro día... (ver artículo)
No es fácil ser pescador, porque si nos equivocamos, podemos alejar a muchas almas de tal modo que después resulte muy difícil volver a acercarlas. (ver artículo)
Nuestro corazón esconde miserias, maravillas y secretos que sólo Dios conoce. Qué hermoso es que de nuestra boca salgan cosas hermosas, como signo y reflejo de que en nuestra alma habita Dios. (ver artículo)
El Señor me ha regalado esta semana una pista importante sobre este tema tan central a la hora de comprender el modo de pensar y actuar la Voluntad de Dios. (ver artículo)
Señor, estoy enamorado de Ti, y por eso dejo que seas Tú el que marca la senda que camino. Quiero ser santo, Señor, quiero ser, si me lo permites, un poco como Tú. #AmoraDios #Meditación (ver artículo)
Si quieres buscarme conocerme y seguirme invoca la luz, al Espíritu Santo que iluminó a mis discípulos y que ilumina a todos los pueblos que lo invocan. (ver artículo)
Ambos, inseparablemente, nos muestran un lado Divino que da testimonio de nuestra Realeza como hijos de Dios, y un lado humano por el que encontramos el sendero hacia la Patria Celestial... (ver artículo)