Jesús nos espera con ansia ansiosa. Y anhela derrocharse en nosotros. Siempre se desborda y llena los vasos vacíos que esperan su Gracia.
(ver artículo)
(ver artículo)
Ayúdame, Señor, a comprender a mis hijos, a escuchar pacientemente lo que quieren decirme y a responderles todas sus preguntas con amabilidad. Evita que los interrumpa, que les dispute o contradiga. (ver artículo)