Apenas contaba siete años de edad cuando experimentó lo que podría describirse mejor como un despertar espiritual.
(ver artículo)
(ver artículo)
Oremos a Dios nuestro Padre, fuente de bondad y de misericordia, por medio de Jesucristo su Hijo, y así alimentar nuestra fe y nuestra esperanza en la vida eterna. (ver artículo)