Nuestra Señora no está presente en todas las fases del juicio, pero antes de que se pronuncie la sentencia, Ella le suplica a su Hijo, como abogada defensora.(ver artículo)
Nuestra Señora no está presente en todas las fases del juicio, pero antes de que se pronuncie la sentencia, Ella le suplica a su Hijo, como abogada defensora.
Por estas siete excelencias, pedir a la Santísima Virgen santidad en el alma y pureza en el cuerpo, buena muerte y verse libre del Purgatorio. (ver artículo)
Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas. (ver artículo)
El purgatorio es el lugar donde se purifican nuestras impurezas, aquellas manchas que no permiten que nuestra alma se presente ante Dios. Oremos por las Benditas Almas del purgatorio. (ver artículo)
Oremos por las almas purgantes, porque serán ellas las que intercederán por nosotros cuando tengamos que purificar nuestra alma...
La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados.
Rezamos por nuestros difuntos o almas del Purgatorio, para que nuestras oraciones les aprovechen y lleguen pronto a unirse con Dios en el cielo.
Así, en Tu Mirada, Señor, veo reflejado mi anhelo de estar en Tus Brazos... Tú el que me ilumina y me saca de las angustias. En ti confío Señor.
El cielo es el destino y el sentido que alienta a tantos creyentes. Es el banquete, la boda, el Reino, la luz, la paz, la casa del Padre o el paraíso. (ver artículo)
“Aquí estoy. Tómame contigo porque me dono a Ti. No cedo forzado por las circunstancias. Me dono porque te amo como hijo que torna a su padre”. (ver artículo)