Nadie sabe cuántas veces hemos saltado... ni cuántas saltaremos todavía para llegar a Dios que está
sentado al final de la carrera esperándonos (ver artículo)
Nadie sabe cuántas veces hemos saltado... ni cuántas saltaremos todavía para llegar a Dios que está
sentado al final de la carrera esperándonos (ver artículo)