En el punto de unión de los Dos Maderos, en la Cruz, Jesús amó hasta el infinito. Dejó todo allí por nosotros. Su Padre lo envió para que nos salve, conociendo de antemano el precio de nuestra salvación (ver artículo)
Desde hace vario saños he comprendido la importancia de meditar sobre el propósito de Dios al crearme. Esta pregunta fundamental surgió quizás un poco tarde en mi vida. (ver artículo)
Dios nos invita permanentemente a entregar más, a ser más, a poder más. Nos invita a acortar la brecha entre la potencia y el acto, según la voluntad de Dios. (ver artículo)
Cuando las personas no estamos unidas bajo el signo de Dios, Su Palabra resulta en escándalo, controversia, como dicen los Evangelios, porque saca a la luz y expone las oscuras intenciones contrarias al amor (ver artículo)
Dios quiere que juguemos este partido, donde todos integramos Su Equipo. Que lo hagamos con compromiso y que le demostremos con goles de amor nuestra pertenencia a Su Escuadra. (ver artículo)
Ahora miro en el espejo y me reconozco, porque en mi mirada te veo a Ti, en mis pensamientos te siento a Ti, en mis tristezas me uno a Ti, en el dolor sostengo Tu Cruz. (ver artículo)
Mi misión, entonces, es la de desarrollar una tarea particular dentro de ese Cuerpo, para que Dios vea en mi una realización cabal y efectiva del propósito para el que fui creado. (ver artículo)