Jesús nos dio una fórmula infalible para alcanzar la felicidad, y sin embargo qué poco sabemos o qué poco uso hacemos de ella. ¿Qué cuál es esa fórmula? (ver artículo)
En el punto de unión de los Dos Maderos, en la Cruz, Jesús amó hasta el infinito. Dejó todo allí por nosotros. Su Padre lo envió para que nos salve, conociendo de antemano el precio de nuestra salvación (ver artículo)
Desde hace vario saños he comprendido la importancia de meditar sobre el propósito de Dios al crearme. Esta pregunta fundamental surgió quizás un poco tarde en mi vida. (ver artículo)
Dios nos invita permanentemente a entregar más, a ser más, a poder más. Nos invita a acortar la brecha entre la potencia y el acto, según la voluntad de Dios. (ver artículo)
Cuando las personas no estamos unidas bajo el signo de Dios, Su Palabra resulta en escándalo, controversia, como dicen los Evangelios, porque saca a la luz y expone las oscuras intenciones contrarias al amor (ver artículo)