Y Dios, que ha hecho y sigue haciendo cuanto está a Su alcance dentro de Su Ley de Misericordia y Justicia, ve con tristeza qué poco nos aprovecha de todo lo que de Él recibimos. (ver artículo)
¡Qué difícil es ser Dios!
Las almas santas tienen ganada la eternidad de ser felices en un estado de permanente unión con Dios. Y también quienes culminan su vida terrenal en el Purgatorio son almas destinadas al Reino. (ver artículo)
Cada vez que comulgamos el Cuerpo de Cristo, nos unimos a la historia de Salvación de nuestro pueblo, rememorando el cordero que el Pueblo de Moisés comió aquella noche en Egipto. (ver artículo)