Durante la noche me visitó la Madre de Dios con el Niño Jesús en los brazos. La alegría llenó mi alma y dije: María, Madre mía, ¿sabes cuánto sufro? (ver artículo)
El abrazo que Dios nos regala aquí abajo, entre nosotros, es entonces un anticipo de los abrazos que Él mismo nos promete para cuando por Su Misericordia lleguemos a Su Presencia. (ver artículo)
Oh Santo Defensor de nuestras
almas, haz que la esperanza y la
caridad de nuestro corazón
puedan brotar, para en ese canto la tierra y el Cielo colmar. (ver artículo)
Primeros mártires acusados de haber incendiado la Urbe, por orden del emperador Nerón unos fueron asesinados después de crueles tormentos. (ver artículo)