Siguió al Señor Jesús desde el bautismo de Juan hasta el día en que Cristo subió a los cielos y, por esta razón fue puesto por los apóstoles en el lugar que había ocupado Judas. (ver artículo)
El obispo de Tolosa San Saturnino le envió a predicar el Evangelio a Pamplona, le consagró por su primer obispo y, vuelto después de algunos años a las Galias, predicó el Evangelio en el norte de Francia (ver artículo)
¡Oh María Santísima! Fuiste concebida sin pecado original. Veneramos, y nos alegramos de la solemne conmemoración de vuestro Nacimiento. Se reza del 30 de agosto al 7 de septiembre.(ver artículo)
Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas. (ver artículo)
La madre de Dios lo aceptó todo con mucha humildad. Los Reyes llevaban a la cintura cinturones de los que colgaban bolsas y cadenitas con cajitas doradas (ver artículo)
Al celebrar en este día el nacimiento de quien es el verdadero Sol, la luz del mundo, que surge de la noche. Celebramos la manifestación del Verbo de Dios a los hombres. (ver artículo)