Sus éxtasis, curaciones milagrosas y sucesos sobrenaturales eran tan frecuentes que no se conocen en semejante cantidad en ningún otro santo. (ver artículo)
Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios. (ver artículo)
San José, el santo custodio de la Sagrada Familia y quien más cerca está de Jesús y de la Santísima de la Virgen María. ¡Qué perfecta unión existió en su ejemplar matrimonio con María! (ver artículo)
San Juan Diego, estrella maravillosa de Dios. Santidad comprobada desde tu nacimiento, modelo insigne de humildad y pureza, rectitud y sencillez marcaron tu vida (ver artículo)
Juan, hijo de Zebedeo y de Salomé, hermano de Santiago, fue capaz de plasmar con exquisitas imágenes literarias los sublimes pensamientos de Dios. (ver artículo)
Obispo, hermano de los santos Isidoro, Fulgencio y Florentina, que con su predicación y diligencia convirtió a los visigodos de la herejía arriana a la fe católica. (ver artículo)
San Marcos, evangelista, que primero acompañó en Jerusalén a san Pablo en su apostolado, y después siguió los pasos de san Pedro, quien lo llamó su hijo. (ver artículo)
Religioso dominico peruano
El racismo, esa distinción que hacemos los hombres distinguiendo a nuestros semejantes por el color de la piel, es algo tan sinsentido como distinguirlos por la estatura o por el volumen de la masa muscular. Y lo peor no (ver artículo)