San Jorge, protector ante los ataques del demonio

Andaré vestido y armado con las armas de San Jorge, para que mis enemigos, teniendo pies no me alcancen, teniendo manos no me atrapen, teniendo ojos no me vean, y ni con el pensamiento ellos puedan hacerme mal.

A San Jorge se le atribuyen muchas virtudes, entre ellas, Patrono de los enamorados, Protección ante ataques de armas blancas o de fuego, Protección ante el demonio, Patrón de los Scouts, Defensor de la Iglesia, Patrón de Georgia, Patrón de Catalunya, Patrón de Inglaterra. Se le invoca para bendecir una casa nueva y contra las arañas.

Su fiesta es el 23 de abril.

Su gran hazaña

De acuerdo a la leyenda contada por Jacobus de Voragine, la historia de San Jorge y el Dragón tomó lugar en Libia. Un pueblo de la localidad tenía un lago que era plagado por un dragón, y para calmar su ira el pueblo le daban ovejas y una virgen como sacrificio, todos los días. Las vírgenes eran escogidas por medio de una lotería, y el día en que la princesa fue elegida, el rey intentó comprar su libertad ofreciendo toda su plata y oro; pero el pueblo rechazó la oferta. San Jorge se enteró de lo sucedido, y decidió ir a caballo al lago. El miedo se quiso apoderar de él, pero hizo la señal de la Cruz, y se llenó de valor. Con la ayuda de la princesa, San Jorge logró ajustar la corona de ella alrededor del cuello del dragón, y lo obligó ir al pueblo, como si fuese un perro tirado por correa. San Jorge le dijo al pueblo que si ellos no se convertían al Cristianismo, dejaría suelto a la bestia. Por lo cual todos los habitantes accedieron para evitar tal calamidad, y se bautizaron. Nuestro heroe entonces sacó su espada, y dio fin a la existencia del dragón. Donde murió la bestia, el rey construyó una iglesia bendecida por la Virgen María y San Jorge. De las aguas de sus fuentes, se curaron todas las enfermedades.

Su historia

Según algunos autores nació hacia el año 280 en Siria, y según otros en Capadocia (Turquía). Sus padres, de acuerdo a la tradición, eran labradores y ricos; por lo que Jorge recibió una buena instrucción, además de una buena educación cristiana. En otras versiones de su historia, se dice que su padre era militar y que por ese motivo siguió sus pasos.

Jorge sirvió en el ejército romano, y logró ser nombrado capitán de la guardia del palacio que el emperador Diocleciano poseía en la ciudad de Nicomedia. A comienzos del siglo IV este mandatario adoptó ciertas medidas para eliminar del ejército de oriente todo lo referente al cristianismo, por lo que muchos soldados decidieron renunciar.

Se publicó en la ciudad de Nicomedia un edicto que ordenaba la demolición de las iglesias y la expulsión de todos los cristianos de las dignidades y cargos administrativos. Y así poco a poco se fueron haciendo cada vez más crueles represalias contra éstos, extendiéndose la persecución por toda Asia menor.

Indignado con esta tiranía, Jorge decidió defender públicamente su religión. Repartió sus bienes entre los pobres, y dio libertad a los pocos esclavos que a su servicio tenía. Defendió con una valentía poco vista la causa de los perseguidos ante el consejo de dignatarios y jefes militares convocado por Diocleciano, y afirmó a viva voz que su religión era única y verdadera, y que no se podía rendir culto a los ídolos.

Se presentó al emperador y declaró que era cristiano, éste sorprendido intentó convencerlo de adorar a los dioses, prometiéndole grandes distinciones y dignidades; y lo amenazó con durísimas penas si no realizaba ese mandato. Pero el capitán Jorge afirmó que él nunca dejaría de adorar a Cristo. Entonces el emperador le declaró la pena de muerte. A consecuencia Jorge sufrió el martirio: azotes, garfios de hierro que le arrancaban la carne, baños de cal viva, introducción en un tonel lleno de agudos clavos. éste sufrió todo sin emitir una sola queja, y contemplaba con admiración cómo se curaban milagrosamente sus heridas.

Luego el emperador pronunció la sentencia final. El Santo fue atado a un caballo y arrastrado así por las calles de la ciudad. Después fue decapitado. Su cuerpo se trasladó más tarde a Lydda, población de Tierra Santa, como, supuestamente, él había dispuesto.

San Jorge es o fue santo patrón y protector de diversos países, regiones y ciudades: la Corona de Aragón, Inglaterra, Portugal, Georgia, Lituania, Génova, Reggio di Calabria, Moscú, Cáceres, etc.

Es uno de los santos caballeros, protector durante la Edad Media de este estamento. En Rusia se empleó como principal emblema de sus ejércitos. En Inglaterra y Provenza se usaba su nombre como grito de guerra.

Varias órdenes militares portan su nombre o sus símbolos: la Orden de la Jarretera, la Orden Teutónica, la Orden de Calatrava, la Sacra Orden Constantiniana, la Orden de San Jorge de Alfama, entre otras.

También es patrono de diversas otras profesiones y actividades: agricultores, soldados, arqueros, prisioneros, herreros, gentes del circo, escultistas (Scout), montañeros, etc.

También es protector de los animales domésticos. Su nombre es invocado contra las serpientes venenosas, las enfermedades de la piel, el herpes, la peste, la lepra y la sífilis, y en los países eslavos contra el mal de ojo.

San Jorge mártir también es el patrón de Alcoy, ciudad situada en la Comunidad Valenciana destacándose como las fiestas de moros y cristianos más conocidas del mundo, declaradas de interés turístico internacional en 1980.

Oración a San Jorge para la protección contra los enemigos

Andaré vestido y armado con las armas de San Jorge para que mis enemigos, teniendo pies, no me alcancen, teniendo manos no me atrapen, teniendo ojos no me vean, y ni con el pensamiento ellos puedan hacerme mal.

Armas de fuego mi cuerpo no alcanzarán, cuchillos y lanzas se quiebren sin mi cuerpo tocar, cuerdas y corrientes se rompan sin mi cuerpo atar.

Jesucristo, me proteja y defienda con el poder de su Santa y Divina gracia.

Virgen de Nazaret, me cubra con su manto sagrado y divino, protegiéndome en todos mis dolores y aflicciones,.

y Dios, con su divina misericordia y gran poder, sea mi defensor contra las maldades o persecuciones de mis enemigos.
Glorioso San Jorge, en nombre de Dios, extiéndeme tu escudo y tus poderosas armas, defendiéndome con tu fuerza y con tu grandeza, y que debajo de tí, mis enemigos queden humildes y sumisos a Tí..

Así sea con el poder de Dios, de Jesús y del Divino Espíritu Santo. Amen

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Fuente: Santos Milagrosos