Oh Madre del Perpetuo Socorro, concédeme la gracia de que pueda siempre invocar tu bellísimo nombre ya que él es el Socorro del que vive y Esperanza del que muere.
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Jesús, mi Buen Pastor, enséñame a rezarte como una buena oveja de Tu rebaño, para que Tu seas mi guía y mi consejo — 4º Domingo de Pascua, día del Buen Pastor. (ver artículo)