La verdadera Fe, esa que se vuelve indestructible y nos prepara para hasta dar la vida por el Señor, está hecha de esa sustancia invisible que se instaló en nuestro corazón. (ver artículo)
La verdadera Fe, esa que se vuelve indestructible y nos prepara para hasta dar la vida por el Señor, está hecha de esa sustancia invisible que se instaló en nuestro corazón. (ver artículo)