La verdadera Fe, esa que se vuelve indestructible y nos prepara para hasta dar la vida por el Señor, está hecha de esa sustancia invisible que se instaló en nuestro corazón. (ver artículo)
¡Ese es Dios! Es como abrir una puerta, una simple puerta, y del otro lado encontrar todas las respuestas que nuestra alma pueda necesitar. y todo se resume en el amor que tiene por nosotros. (ver artículo)