Dondequiera que la Virgen está presente, está el diablo. Los demonios, dentro de peregrinos, se enfurecen en la santa presencia de Jesús y la Virgen María.(ver artículo)
Dondequiera que la Virgen está presente, está el diablo. Los demonios, dentro de peregrinos, se enfurecen en la santa presencia de Jesús y la Virgen María.