 
			 El Señor, lleno de sabiduría, me deja a ciegas. Él apenas si deja que por una rendija se cuele un haz lastimoso, necesario para salir de esa oscuridad.
El Señor, lleno de sabiduría, me deja a ciegas. Él apenas si deja que por una rendija se cuele un haz lastimoso, necesario para salir de esa oscuridad. (ver artículo)
 
			 El Señor, lleno de sabiduría, me deja a ciegas. Él apenas si deja que por una rendija se cuele un haz lastimoso, necesario para salir de esa oscuridad.
El Señor, lleno de sabiduría, me deja a ciegas. Él apenas si deja que por una rendija se cuele un haz lastimoso, necesario para salir de esa oscuridad.  
			 La “buena oración” no es una técnica, es aquella que nos hace encontrar a Dios y nos transforma.
La “buena oración” no es una técnica, es aquella que nos hace encontrar a Dios y nos transforma.