¡Bienaventurados aquellos que te aman y se alegran de tu paz!”, pienso que es profecía no ya de la Ciudad Santa, sino del destino de mi criatura (ver artículo)
¡Bienaventurados aquellos que te aman y se alegran de tu paz!”, pienso que es profecía no ya de la Ciudad Santa, sino del destino de mi criatura (ver artículo)