Si mi unión con Jesús está firme y fundamentada en una confianza ciega en Él, mi esperanza crece y florece en la alegría de saberme hijo de Dios. (ver artículo)
Él conoce hasta mi más ultimo hábito, porque me ha estado cuidando desde antes de que yo naciera. Me observaba en el vientre de mi madre. ¡Y que alegría la suya cuando vi la luz! (ver artículo)
El maravilloso puente de la constatación se ilumina frente a las almas que se aproximan, y ellas quieren tocarlo, escuchar su testimonio. (ver artículo)
Cuando Jesús oró en el Getsemani, pudo ver y conocer todos los pecados del hombre, de todos los hombres, de todos los tiempos, pasados, presentes y futuros. (ver artículo)
La formula es entonces simple, es una sociedad perfecta: la parte humana se esfuerza, y abre las puertas a la Gracia que Dios derrama abundantemente sobre el alma que trabaja. (ver artículo)
Los ojos del corazón nos dejan ver la necesidad de amor de los demás y de nosotros mismos; la belleza de Dios presente en la Creación que nos rodea. (ver artículo)
Señor, que puedes quemar mis impurezas humanas con Tu fuego abrasador. Leva las anclas que me sujetan a este mundo. Dame Tu fortaleza, cúbreme con Tu escudo. (ver artículo)
La mano de Dios está presente en todo lo que nos rodea, El nos manifiesta Su Voluntad de modos diversos. Debemos descubrir la vista espiritual que nos permita ver la realidad del Reino. (ver artículo)
Tenemos el más grande de los tesoros, la iglesia verdadera fundada por Jesús sobre la Roca, Pedro. Y sin embargo, pareciera que nos dormimos y pensamos que la gente tiene que venir a nuestra iglesia. (ver artículo)
Manos consagradas al servicio de Dios que hacen posible que el cielo, como bendición o como Pan Eucarístico, llegue y transforme nuestras vidas... (ver artículo)