La verdad es que para Dios no aplican nuestros cortos pensamientos ni nuestros imperfectos sentimientos. Él trae a este mundo a las almas, y las recoge a Su seno también. (ver artículo)
Cuando muere alguien bueno

Cuando vemos el gesto de un hijo o una hija que nos sorprende con un signo de madurez, no podemos dejar de emocionarnos hasta las lágrimas mientras nuestro corazón exclama en un grito ¡ese es mi hijo! (ver artículo)