Pentecostés, la gran fiesta del Espíritu Santo

María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón. Un corazón que arde de amor divino y nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. (ver artículo)
Virgen de los Desamparados, ruega por los que con fe acudimos a Ti, Santísima Madre, por siempre seas alabada y bendita. Pide por nosotros a tu bien amado y bendito Hijo. (ver artículo)