Algunas de nuestras devociones y oraciones predilectas. No pretendemos aquí recoger todo el devocionario de la Iglesia porque eso es una tarea demasiado grande para nosotros, pero si aquellas que mas llegan a nuestro corazón. La oración y la contemplación abren el Corazón Misericordioso de Dios
Como nos dice el evangelista san Lucas, “cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno” (Lc 2,21).
Así, el santo nombre de Jesús fue dado por el (ver artículo)
Jesús nos espera con ansia ansiosa. Y anhela derrocharse en nosotros. Siempre se desborda y llena los vasos vacíos que esperan su Gracia. (ver artículo)
Temor de Dios
Temo, Señor, perder Tu amistad
Temo, Señor, no ser motivo de Tu alegria
Temo, Señor, no ser una oveja de Tu rebaño
Temo, Señor, no honrar el Baustismo que me diste como don inmerecido
Temo, Señor, no sentirte Vivo en Santisimo (ver artículo)
La lectura busca la dulzura de la vida bienaventurada, la meditación la encuentra, la oración la pide, la contemplación la saborea. La lectura es como un manjar que uno se lleva a la boca. (ver artículo)
La señal de la cruz es "el madero en que están fijos los miembros del hombre que muere, es también la cátedra del maestro que enseña". (San Agustín) (ver artículo)
Cuando un parecer es honroso para la Virgen Santísima, y no está en pugna con las verdades de fe. Lo que se puede creer de las grandezas de la Virgen. (ver artículo)
Un sacerdote filipino rezando el rosario en latín en su iglesia
Una noche después que el devastador tifón “Amy” del 8 de diciembre 1951 inundó la ciudad Tanauan durante semanas, un joven sacerdote católico llamado Cipriano V. Urgel enclaustrado (ver artículo)