Bartolo Longo, devoto ferviente de María, una noche vio en sueños a un amigo muerto años atrás que le dijo “Salva a esta gente, Bartolo. Propaga el Rosario. Haz que lo recen. María prometió la salvación para quienes lo hagan”
En el año 79 (ver artículo)
Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, Italia
