María ofrece el sacrificio de su corazón traspasado “por una espada”, la del amor por los hombres, invitándonos a reconocer la infinita misericordia de Dios. (ver artículo)
Imagen de la Virgen Dolorosa llora lágrimas de sangre

Perdonar a nuestros enemigos, orar por ellos y amarlos, va mucho más allá de nuestra naturaleza humana caída. Necesitamos –desesperadamente- las abundantes gracias de Dios. (ver artículo)