Cuando la devoción del Santo Rosario empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le pidió que reviviera esta devoción...
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Soberana Virgen María, Reina de los Ángeles, Emperatriz de los cielos, elegida Madre de Dios, a Ti me acerco para rogarte, porque eres Madre de Merced y de las Misericordias. (ver artículo)