Análisis de la Sábana Santa de Turín

Un Minucioso Análisis de la Sábana Santa de Turín

Informe Especial

El Sábana Santa de Turín —también conocida como el Síndone de Turín— es una tela de lino que muestra la imagen en negativo fotográfico de un hombre que presenta marcas y traumas físicos propios de una crucifixión, junto a otros totalmente atípicos, pero acordes con los hechos relatados en la Pasión y consistente con el lienzo o sábana de la cual nos hablan los evangelios: la sábana nueva y limpia en la cual José de Arimatea, con ayuda de Nicodemo, envolvió el cuerpo de Jesús tras su muerte en la cruz [Mt 27, 57ss; Mc 15, 42ss; Lc 23, 50ss; Lc 24, 12ss; Jn 19, 38ss; Jn 20, 5ss].

Es una gran pieza de lino de 4’41 m de largo y 1’13 m de ancho (después de la restauración del año 2002), amarillenta, raída, sucia, manchada de sangre y quemada. Actualmente se encuentra en la catedral de San Juan Bautista de Turín (Italia).

Los detalles de las torturas que se observan en el Lienzo, evocan las narraciones de los Evangelios:

Las señales de los clavos en manos y pies; la “corona de espinas” alrededor de la cabeza; las señales de los azotes; la herida del costado; la ausencia de fractura de huesos de las piernas.

La “Síndone” es una imagen, que para los creyentes es un “icono de la Pasión”, como la definió el papa Pablo VI.

Sindone completo en negativo y en positivo
Sindone completo en negativo y en positivo

ALGUNOS HALLAZGOS CIENTÍFICOS

Muchos creen que la sábana de Turín es el lienzo fúnebre de Cristo, es decir, el lienzo en que el cuerpo de Jesús fue envuelto.

¿Hay razones para tal creencia? El sudario ha sido sometido a los estudios más rigurosos de la ciencia, descubriéndose numerosos datos asombrosos.

Mientras muchos hombres fueron crucificados, solo Jesucristo fue además azotado, coronado con espinas y traspasado en el corazón con una lanza, tal como muestra la imagen.

La imagen de Turín, de acuerdo con información obtenida por estudios científicos dignos de todo respeto y jamás rebatidos seriamente, tiene las características siguientes:

Mirando el síndone

– Consiste en una débil mancha amarillenta, difícil de ver cuando se observa a menos de unos dos metros de distancia, que reproduce una vista doble, frontal y dorsal, de un cuerpo humano desnudo, cubierto de heridas,que han dejado también manchas de sangre en el lienzo [por contacto directo].

– La imagen no muestra ni la parte superior de la cabeza ni los costados.

– La figura humana, especialmente en el rostro, es de gran precisión anatómica, sin distorsiones.

– Hay una perfecta correspondencia entre ambas caras de la imagen, indicando claramente que fue un cuerpo tridimensional el que estuvo envuelto en el lienzo.

– Las manchas en la tela tienen el carácter de un negativo fotográfico: solamente al hacer una foto en 1898 (Secondo Pia) se pudo apreciar verdaderamente la información allí contenida.

– A diferencia de lo que ocurre en una fotografía, sea en positivo o negativo, hay una correspondencia entre la intensidad de la imagen y la distancia lógica entre un lienzo y un cuerpo cubierto por él. Una función matemática sencilla permite recuperar la tridimensionalidad.

– Detalle del orden de milímetros puede observarse con técnicas de realce de contraste. Esto es especialmente llamativo en el caso de una moneda sobre el párpado derecho.

Cara del síndone en 3D
Cara del síndone en 3D

– No hay pigmento alguno, aun bajo examen microscópico, ni en la superficie de las fibras de lino ni en su interior. Tampoco hay fluorescencia que indique la existencia de sustancias extrañas al lienzo en las zonas de imagen.

– No hay imagen bajo las costras de sangre: la imagen tiene que ser posterior a ellas.

– Las manchas amarillentas tienen características espectrales semejantes a las que muestran quemaduras que el lienzo sufrió en el incendio de 1532.

– Posiblemente significativo: parecen descubrirse huellas de dientes y estructuras óseas en la imagen del rostro y de las manos; en éstas, los huesos de los dedos continúan hasta el carpo.

– La imagen no se vio afectada por la elevada temperatura ni por el agua en el incendio de 1532.

Catedral de Turín
Catedral de Turín

ITINERARIO DE LA SABANA SANTA

Cristo resucitó en Jerusalén. El Evangelio de San Juan dice:

“Se inclinó (Juan) y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte”. Juan 20:5-8.

Hay entonces dos sudarios: el grande que cubría el cuerpo y otro que se pondría sobre este y en el área de la cabeza. Este segundo se encuentra según la tradición en la Catedral de Oviedo.

Pedro y Juan vieron “las vendas” cada uno por su parte y fue parte de aquella primera experiencia de conocer la verdad central de la salvación y de la historia. ¡Cristo ha resucitado!. Lo mas probable es que hayan tomado esta reliquia con inmenso amor para mostrárselas a los demás como la primera prueba de la resurrección. Desde entonces es lógico que se guardase como la mayor reliquia de la cristiandad.

Sobre como siguió su itinerario hay dos teorías. 

Una, que fueron los Templarios (organización muy prominente en Europa en esa época y que tenía gran interés en las reliquias). Los Templarios guardaban secretamente las reliquias solo para los iniciados entre ellos y por eso no sería raro que la Sábana Santa “desapareciera”.

La segunda teoría propone que la Sábana Santas pasó por Grecia donde habían comunidades latinas relacionadas con Charny la llevaron a esa ciudad.

Hay testimonios históricos y de absoluta certeza que sitúan a la Sábana Santa en Lirey (Francia) a mediados del siglo XIV.

En 1453 la Sábana Santa fue cedida al ducado de Saboya en Chambéry, Francia.

En el año 1506, el Papa otorgó a la Sábana Santa una fiesta especial, aprobando una liturgia para la Santa Misa y el Oficio Divino.

En el año 1532, sufrió un fuego que le dejó marcas permanentes pero milagrosamente no se llegó a perder. Las hermanas Clarisas pusieron parches en las quemaduras en 1534. Al mismo tiempo se guarda el sudario entre dos paños de tela del mismo tamaño para protegerlo. Dos años mas tarde se descubre que ambos recibieron milagrosamente la imagen del original.

Los Saboya, al trasladar su capital a Turín en 1578, llevaron allí la Sábana Santa. Desde el año 1694, es custodiada (aparte de breves interrupciones) en la capilla que Guarino Gaurini construyó entre la Catedral y Palacio Real de Turín.

En 1898 es tomada la primera fotografía por el abogado Secondo Pia entre el 25 y el 28 Mayo. Se inician los estudios científicos.

Desde 1983, la Sábana Santa es propiedad de la Santa Sede, dejada en herencia por Humberto II de Saboya al Papa.

En 1997 la Sábana otra vez escapa un incendio, esta vez, en la Catedral de Turín. El bombero Mario Trematore pudo quebrar con un hacha el vidrio antibalas que protegía el Santo Lienzo y así, rescatarlo. ¿Como pudo romper el vidrio antibalas con un hacha? Mas tarde el bombero, que no era creyente, explicó que lo pudo hacer porque recibió una fuerza especial de lo alto.

En 1998 se produce la exhibición del Sudario, 18 de Abril al 14 de Junio (para celebrar el centenario de la primera fotografía)

Las heridas en el síndone, en el frente y en la espalda
Las heridas en el síndone, en el frente y en la espalda

ESTUDIOS CIENTÍFICOS QUE DEMUESTRAN LA AUTENTICIDAD

No es un secreto que los enemigos de la fe se enfurecen contra las pruebas favorables a la autenticidad y han creado numerosas publicaciones tratando de desacreditar con toda clase de mentiras la impecable evidencia que no pueden rebatir con la razón. Por ejemplo algunos siguen diciendo que la sangre no es mas que pintura medieval, que el rostro de Cristo está inspirado en las pinturas góticas, etc.

Una de ella es que la datación con el carbono 14 difiere a la fecha de la crucifixión. Pero se descubrió una fina película de una bacteria que cubre todo el lienzo. El doctor Garza-Valdés descubrió que esas bacterias distorsionan los resultados, hecho confirmado por el doctor Hary Gove, descubridor de la técnica del carbono 14. Por eso actualmente se está investigando una manera de separar esa película de bacterias.

La evidencia que demuestra la autenticidad es la que sigue.

La Sorpresa de la Fotografía

El 28 de mayo de 1898, Secondo Pía, al hacer las primeras fotografías de la Sábana Santa tuvo una gran sorpresa en el cuarto oscuro: la imagen en negativo apareció majestuosamente como una imagen en positivo con extraordinaria claridad y detalle. Así se dio cuenta de que la imagen representada en la tela constituye un auténtico negativo. Es evidente que un plagio medieval no podía prever la fotografía. Simplemente no se conoce en la historia de la iconografía anterior al siglo XX, de ningún otro caso una imagen que sea un negativo.

Científicamente se ha podido comprobar:

* Expertos de la NASA en 1977, utilizando un ordenador descubrieron que la imagen tiene propiedades tridimensionales, que no pertenecen ni a las pinturas ni a las fotografías.

En 1978 la Iglesia permitió a un equipo internacional de más de dos docenas de eminentes científicos investigar el Lienzo. Los análisis fueron extensos, envolviendo diversos métodos desde rayos x, microscopía hasta análisis químicos.

He aquí algunos de los resultados más sorprendentes:

*Los estudios del tejido sitúa su procedencia en el área sirio-palestina en el siglo I.

En 1978, el biólogo y criminólogo suizo Max Frei Sulzer del Centro Internacional de Sindonología, tomó muestras del polvo del Sábana y pudo comprobar la existencia de polen de flores de Palestina.

También se ha encontrado áloe y mirra como la que utilizaban en el medio oriente los judíos para preparar los cadáveres.

Se han descubierto rastros de flores por todo el cuerpo, identificando hasta 25 variedades, que florecían en abril. Una de las plantas, sólo crece en un punto del mundo: cerca de Jerusalén, como afirma sin dudar un experto botánico de la universidad Hebrea.

También se han descubierto 58 tipos polen, identificando cada planta mediante las técnicas avanzadas actuales. 28 de esos tipos de polen sólo existen en Oriente Medio, indicando que la Sábana pasó una buena parte del tiempo allí. La fagonia mollis, se observa cerca de la cabeza del hombre del lienzo. Esa planta es conocida sobre todo por la gran cantidad de espinas que tiene. Todos estos datos y más, indican que la Sábana procede del siglo I en Palestina.

El falsificador medieval hubiera tenido que adelantarse a la invención del microscopio para añadir elementos invisibles al ojo humano: polen, tierra, suero, aromas para la sepultura…

*Sobre los ojos hay huellas de monedas acuñadas en el año 29 D.C. bajo Poncio Pilato. Esto corresponde a la costumbre de la época de Jesús de poner las monedas para mantener los párpados cerrados. Fueron descubiertas en 1954 y en 1978 reconocidas en mayor detalle.

* Los análisis de las huellas de sangre, hechos en el 1978 por Pierluigi Baima Bollone y otros, han indicado la presencia de sangre humana, del tipo AB. Estudios del grupo STURP usó espectroscopia, florescencia de rayos x y rayos ultravioletas, termografía y radiografía y otros mecanismos sofisticados para comprobar la presencia de la sangre.

* La sangre es sangre de un hombre que padeció una muerte traumática asegura el químico Alan Adler quien además asegura que tanto los análisis químicos como la florescencia amarillo-verdosa visible bajo luz fluorescente, indican la presencia de flujos de sangre. Esta sustancia era desconocida hasta el siglo XX, por lo que no puede ser la obra de un artista medieval. Adler piensa que la imagen fue producida por algún proceso de radiación.

Trabajando en el síndone

La Imagen: No existen indicios del uso de brochas en la imagen. No se utilizó ninguno de los métodos artísticos conocidos para hacer la imagen. La imagen tiene solo una fibra de profundidad.

El mismo grupo de científicos de STURP, comprobaron la absoluta ausencia de pigmentos, tintas u otros medios de pintura en la Sábana Santa.

No hay imagen del cuerpo bajo las manchas de sangre. Por lo tanto, la imagen se formó después de las manchas de sangre. La imagen del cuerpo del Hombre de la Sábana no está hecha manualmente: no es una pintura, ni una quemadura (las quemaduras existentes no son parte de la imagen sino que fueron causadas por un incendio en 1532).

El origen de la misma es un enigma científico que todavía no se ha resuelto. No se conocen los mecanismos físico-químicos que han producido esta oxidación y deshidratación de las fibras más superficiales del tejido. La imagen es el resultado de deshidratación y oxidación de la celulosa contenida en las fibras en la superficie de la tela. Pero como se formó es aun un misterio.

Desde el campo de la medicina: La imagen que aparece en negativo permite un minucioso estudios anatómico y de las diferentes heridas que aparecen en le cuerpo.

El primer cirujano que comprobó la absoluta exactitud anatómica de esas heridas fue el profesor de Anatomía Comparada de la Sorbona, Yves Delage, de la Academia de Ciencias de París. Este profesor era agnóstico, sin embargo no le quedó la menor duda de que solo un hombre que hubiera padecido los tormentos físicos de Jesús podría haber dejado tales huellas.

Una multitud de médicos han podido confirmar los hallazgos del Doctor Delage. Pierre Barbet (cirujano del Hospital de S. José de París), Giovanni Judica Cordiglia (profesor de Medicina Legal de la universidad de Milán), Dr. Roberto Bucklin (medico forense, patólogo del Hospital de los Angeles, California), el Dr. Rudolf W: Hynek (de la Academia de medicina de Praga)… todos coinciden en afirmar que la representación de las heridas es anatómicamente perfecta y con detalles desconocidos en la Edad Media.

Por ejemplo, el halo de suero alrededor de las manchas de sangre -no visible a simple vista; salpicaduras y sinuosidades de los regueros sanguíneos, el hinchazón del abdomen -típico de la asfixia- etc…

La Sábana Santa revela datos desconocidos en tiempos medievales. En el siglo XIV, la iconografía tenía un ínfimo desarrollo del realismo anatómico. Además todas las imágenes de la época demuestran que se desconocían los elementos históricos y arqueológicos sobre la flagelación y la crucifixión según se hacía en el siglo I.

Sin embargo se ha podido demostrar que el Sábana Santa no sigue la iconografía medieval sino que muestra estos elementos con suma precisión tal como corresponden al tiempo de Cristo.

Detalle de la cara mostrada horizontalmente
Detalle de la cara mostrada horizontalmente

 

Por ejemplo, que Cristo no cargó con toda la cruz, sino sólo con el madero horizontal («patibulum») y que no lo clavaron por las palmas y sino por las muñecas. Estudios han demostrado que un cuerpo colgado por las palmas se desgarraría mientras que uno clavado por las muñecas se sostiene.

Mientras que en tiempos medievales representaban la corona de espinas en forma de aro horizontal sobre la frente, la Sábana Santa revela que las espinas fueron impuestas en forma de casco.

Para lograr una semblanza perfecta, como la impresa en el lienzo, en caso de que la Sábana Santa fuera medieval, se requeriría que se martirizara a una víctima, la sometiera en vida a setecientas heridas y que una vez muerta, le traspasaran el corazón con una lanza.

Pero además se requeriría que la víctima tuviera un rostro perfectamente afín con las decenas de iconos de Cristo difundidos en el arte bizantino desde el siglo VI.

La afinidad del rostro de la Sábana Santa y los antiguos iconos ha sido documentada por Giovanni Tamburelli en el año 1989, quien encontró muchos puntos de congruencia de tal manera que habría que pensar que la faz del lienzo fue el prototipo para la iconografía cristiana primitiva (en cuanto a las características del rostro. Ya hemos visto que no pudieron copiar los detalles anatómicos).

El tejido del lienzo, envolvió un auténtico cadáver durante un período de 30 a 36 horas, como lo demuestran las setecientas heridas pequeñas y grandes calcadas sobre el lino por contacto.

Exámenes minuciosos conducidos por médicos han asegurado además que se trata de una perfecta imagen de un cuerpo humano, torturado por la corona de espinas, azotes, la cruz, traspasado por la lanza…

Los efectos naturales de esos tormentos sobre un cuerpo humano están claramente manifiestos de tal forma que sería imposible de imitar y menos sin las técnicas modernas.

Detalle de la cara mostrada horizontalmente
Detalle de la cara mostrada horizontalmente
Imagen en positivo con detalle del clavo en la muñeca
Imagen en positivo con detalle del clavo en la muñeca

COMO SE HABRÍA FORMADO LA IMAGEN

Será necesario acudir a fenómenos desconocidos, no reproducibles a voluntad, en los cuales el cadáver tiene un efecto directo sobre el lienzo:

– Por algún tipo de radiación corpuscular o electromagnética, actuando sin contacto.

– Por contacto simultáneo o sucesivo acompañado de algún tipo de energía calorífica o de efecto equivalente para alterar la celulosa del lino.

En estos dos casos, la causa del fenómeno sería algo inesperado desde el punto de vista científico, pues no hay razón plausible de atribuir a un cadáver humano la capacidad de producir tales efectos.

Si aquí la lógica nos obliga a descartar las hipótesis de orden artificial o natural, tendremos que aceptar algún tipo de intervención sobrenatural. Aun en este caso, puede ser útil el intentar descubrir indicios de cómo podría haber sido concretamente el proceso que dio lugar a las características observables en el lienzo.

La radiación sobrenatural del momento de la resurrección puede ser la causa misteriosa de la impresión de la imagen del cuerpo en el lienzo. En ese caso se trata de la verdadera imagen de Cristo en el momento preciso que su cuerpo va a resucitar. Semejante radiación explicaría la dificultad de los científicos en descubrir su origen, ya que se trata de algo sobrenatural.

Y entramos en la física cuántica. Esa imagen es tridimensional, inimaginable si fuera una falsificación. La imagen sería como una placa de rayos X que reflejan las estructuras internas del cuerpo.

El cuerpo pasó de un medio a otro, dejando un retroceso de partículas tras de sí, que marcaron la imagen de la sábana. De la misma forma que cuando alguien se echa a una piscina, que pasa de un medio de aire a otro de agua.

Dos catedráticos del Centro Español de Sindonología, hallaron en la Sábana Santa de Turín huellas de las vértebras del cuerpo que envolvía y que quedaron marcadas en la tela, lo que confirmaría la teoría de que ocurrió una misteriosa explosión en el momento de la resurrección.

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Fuentes: Foros de la Virgen