Durante dos horas, se vio la forma consagrada, en la custodia, latir como late un corazón humano.. (ver artículo)
Durante dos horas, se vio la forma consagrada, en la custodia, latir como late un corazón humano.. (ver artículo)
“Fue como entrar en el Cielo”, asegura Isabel. De hecho, ella y su marido no dejaron de acudir puntualmente al convento a rezar con las monjas. (ver artículo)