El poder de Nuestra Señora de Guadalupe en las calles de Los Ángeles

Oscar Rodríguez Zapata vive en la ciudad de Los Ángeles (EE.U.U), es de origen hispano, y no hay nada que le guste más que salir a buscar a la Virgen de Guadalupe.

Cargado con su cámara Nikon Z6 II fotografía murales que adornan lavanderías, licorerías, iglesias, taquerías… un sin fin de obras de arte, de todos los estilos inimaginables, que representan a la patrona de México por las calles de la ciudad.

«Siempre que ves a una virgencita te sientes seguro. Te sientes bienvenido. Sabes que tu gente y tu pueblo están presentes», comenta a la agencia de noticias AP. Zapata tiene 35 años y fue criado como católico.

Más que un símbolo

En 2013, el joven decidió comenzar a documentar este tipo de imágenes de la Guadalupana. Al principio lo hacía con su teléfono móvil, pero luego se lo tomó más en serio y quiso atrapar unas pinturas de la Virgen que con el tiempo seguramente desaparecerían por culpa de la gentrificación.

A finales del año 2017 creó un perfil de Instagram dedicado a sus fotos de murales que ahora tiene más de 6.000 seguidores. «La Virgen María es mucho más que un símbolo religioso. Es parte de nuestra comunidad y de lo que somos», señala Zapata.

Un sábado del mes de enero, Zapata fue hasta Boyle Heights, al este de la ciudad, para fotografiar una imagen de la Virgen. George Valerio, copropietario de la tienda donde se encontraba la pintura, le confesó que había encargado la imagen para rendir homenaje a la fe católica de su familia.


«La Virgen María es mucho más que un símbolo religioso. Es parte de nuestra comunidad y de lo que somos» (foto: Óscar Rodriguez Zapata).

Muchas parroquias católicas del sur de California celebran cada 12 de diciembre Nuestra Señora de Guadalupe. Precisamente un día como aquel, pero de 1531, se le apareció la Virgen María al indio San Juan Diego.

Los hispanos de Los Ángeles creen que las imágenes de la Virgen frustran el vandalismoy actúan como protectoras para los pequeños negocios de los inmigrantes. El trabajo fotográfico «La Virgen del sueño americano», del periodista Sam Quiñones, muestra de forma brillante el poder evocador de la Señora de Guadalupe.

El documentalista ha llegado a ver negocios de origen indio o paquistaní en los que la Virgen de Guadalupe figura en los escaparates, demostrando así a los clientes que todos son hermanos. Es lo que confesó en «Guadalupe: arte sagrado en las calles de Los Ángeles«, un evento organizado por el Instituto de Estudios Católicos Avanzados, de la Universidad del Sur de California.

Ventana al paisaje espiritual

Quiñones, que no se considera practicante, ha cubierto como reportero muchos crímenes de las pandillas en Estados Unidos y en México, y asegura que la Virgen «suaviza la dureza de la vida«. «He sido testigo de cómo la gente se vuelve hacia Ella en medio de la violencia», revela.

Para el profesional, la Virgen María sirve también como una fuerza que guía a los inmigrantes mexicanos indocumentados «para encontrar un camino en este nuevo mundo». «Todo lo que tienen son sus agallas, su ingenio y la Virgen de Guadalupe«, apunta.

Brenda Pérez creó el proyecto Justicia Restaurativa para preservar lo que ella llama «ventanas al paisaje espiritual» de Los Ángeles. Estudiante de un doctorado en Psicología, Pérez ha investigado cómo los símbolos sagrados y el arte comunitario ayudan a sanar el trauma de la inmigración.

La Virgen «está en todas partes todo el tiempo». «Me fascina la creatividad que inspira a estas personas».

«Cuando se estropean los murales de la Virgen se comete un sacrilegio. Es algo que todos deberíamos respetar, es cultura», apunta Pérez, recordando una imagen de la Virgen María que fue borrada recientemente en la pared de una licorería.

Nichole Flores, profesora asociada de estudios religiosos en la Universidad de Virginia, invita a que los líderes religiosos y políticos trabajen para preservar el arte público, incluidos los murales de la Virgen de Guadalupe, que, dice, «dan forma y fundamento a ciertas comunidades».

«Las imágenes de Guadalupe, ya sea en murales o pintadas en camiones de tacos, santifican espacios y nos invitan a pensar en cómo podemos relacionarnos los unos con los otros a través de nuestras diferencias», dijo Flores, autora de «La estética de la solidaridad: Nuestra Señora de Guadalupe y la democracia americana».

En todas partes, todo el tiempo

Flores ha estudiado cómo las imágenes de Guadalupe dan forma a las comunidades chicanas de Denver (Colorado), donde los residentes las han utilizado para oponerse a la gentrificación en sus vecindarios.

Carlos Frésquez es un artista chicano de Denver que cuando pintó a la Virgen de Guadalupe en la pared de una tienda simplemente lo hizo como una forma de «darle un sentido a ese lugar«. «Allí donde esté Guadalupe, todos sabrán que los mexicanos, los mexicoamericanos y los chicanos están presentes. Pintar encima de estas obras es «una afrenta a nuestra dignidad«, comenta.

Nydya Mora tiene 33 años y es una joven bibliotecaria que creció en la ciudad de Paramount, en el condado de Los Ángeles. Para ella, las imágenes de la Virgen de Guadalupe transmiten que «está en todas partes todo el tiempo«. «Me fascina la creatividad que inspira a estas personas. Son murales increíbles, hermosos y únicos», apunta.

Mora comenzó en 2012 a capturar el «arte callejero Guadalupano». Quería tan solo hacerle un fotolibro a su madre que era católica. Pero, aquella idea saltó a Instagram y la cuenta ahora tiene más de 13.000 seguidores. Mora ha creado un mapa de Google de murales de la Virgen de Guadalupe.

La Virgen de Guadalupe en las calles de Los Ángeles representa lo más importante para Nydya, y para muchos como ella: «Mi madre, mi cultura y mi ciudad».

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Fuente: Cari Filii