Solícito por la eficacia pastoral de la Iglesia de Cristo en toda la tierra, convocó el Concilio Ecuménico Vaticano II.
(† 1963)
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(† 1963)
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Pedro decidió abandonar el mundo exterior y abrazar la vida religiosa, entrando al convento de Fonte Avellana, comunidad de ermitaños. (ver artículo)