Si nuestros oídos y corazones están alertas, sabremos seguir Sus Pasos y encontrarlo donde Su Amor nos quiera conducir. Cada día es un regalo de Dios.
(ver artículo)
(ver artículo)
Y Dios, que ha hecho y sigue haciendo cuanto está a Su alcance dentro de Su Ley de Misericordia y Justicia, ve con tristeza qué poco nos aprovecha de todo lo que de Él recibimos. (ver artículo)