Dios nos invita permanentemente a entregar más, a ser más, a poder más. Nos invita a acortar la brecha entre la potencia y el acto, según la voluntad de Dios.(ver artículo)
Dios nos invita permanentemente a entregar más, a ser más, a poder más. Nos invita a acortar la brecha entre la potencia y el acto, según la voluntad de Dios.