he comprendido finalmente que, sin oración, no soy nada, porque la oscuridad de no estar unido a Dios es más profunda que cualquier noche sin luna ni estrellas(ver artículo)
he comprendido finalmente que, sin oración, no soy nada, porque la oscuridad de no estar unido a Dios es más profunda que cualquier noche sin luna ni estrellas