Deseó ardientemente acompañar al papa Sixto II en su martirio. Por la fe de Cristo superó el tormento del fuego, y el instrumento de su tortura se convirtió en distintivo de su triunfo (ver artículo)
Deseó ardientemente acompañar al papa Sixto II en su martirio. Por la fe de Cristo superó el tormento del fuego, y el instrumento de su tortura se convirtió en distintivo de su triunfo (ver artículo)