"Un día me llamó el obispo y me dijo que había pensado que yo fuera el exorcista. Me quedé un poco sin palabras". (ver artículo)
"Un día me llamó el obispo y me dijo que había pensado que yo fuera el exorcista. Me quedé un poco sin palabras".
Cada día tras levantarse, este religioso incombustible sale a la calle para encontrar y rescatar a estos niños vulnerables. (ver artículo)