Repentinamente percibí una sensación diferente, indefinible, casi ajena, diría, que me puso en alerta. Me sentí pleno de una paz infinita que se apoderaba de todo mi ser. (ver artículo)
Repentinamente percibí una sensación diferente, indefinible, casi ajena, diría, que me puso en alerta. Me sentí pleno de una paz infinita que se apoderaba de todo mi ser. (ver artículo)
Lo sé, Jesús. Tantas veces me buscaste, me quisiste hablar de nosotros, de esos momentos en que éramos amigos, entrañables amigos.