El Señor nos envía mensajero tras mensajero, y nosotros, hacemos en gran medida oídos sordos, pero aún estamos a tiempo de cambiar. ¡Escuchemos su mensaje!(ver artículo)
El Señor nos envía mensajero tras mensajero, y nosotros, hacemos en gran medida oídos sordos, pero aún estamos a tiempo de cambiar. ¡Escuchemos su mensaje!