En el edificio de la Iglesia siempre está el amigo esperando, y ese amigo es Dios, nuestro Señor. Y, afortunadamente hay muchas puertas por donde entrar.(ver artículo)
En el edificio de la Iglesia siempre está el amigo esperando, y ese amigo es Dios, nuestro Señor. Y, afortunadamente hay muchas puertas por donde entrar.